Corrientes es una ciudad de Argentina, capital y principal centro social y económico. Fundada el 3 de abril de 1588, por Juan Torres de Vera y Aragón con el nombre de Ciudad de Vera como consta de su acta de fundación, donde en parte de ella se expresa: Fundo y asiento pueblo la ciudad de Vera en el sitio que llaman de las Siete Corrientes provincia del Paraná. Siendo la ciudad más antigua del Nordeste argentino.
"Siete Corrientes" hace referencia a la geografía costera, marcada por siete "puntas" o penínsulas que sobresalen en el río y que generan fuertes corrientes de agua. Un siglo después de la fundación, se la nombra San Juan de Vera de las Siete Corrientes, debido a San Juan Bautista, que fue uno de los santos escogidos por los fundadores para proteger a la ciudad.
Su idioma de raíz es el Guaraní, se conoce a la ciudad de Corrientes y a su extensión como la
provincia, con el nombre Taragüí. El historiador Manuel F. Mantilla fue el primero en realizar
una interpretación de este vocablo, al decir que provenía de la unión de dos voces:
tava y agüi. De esta manera los guaraníes
que vivían próximo al asentamiento español llamaban al incipiente poblado ajeno a los suyos. Conforme la
documentación de la época jesuítica obrante en el Archivo Histórico de la Provincia de Corrientes, los guaraníes
discriminaban como Taragüí a toda población cercana a la suya que no fuese guaraní y le sumaban un calificativo
distintivo en referencia a plantas, árboles o animales. De esta manera, el asentamiento español que luego sería
la ciudad de Corrientes fue denominado por los guaraníes como Teyú Taragüí, siendo este último agregado
equivalente a "lagartija".
Corrientes es conocido por sus tradiciones y su música chamamecera, donde el hombre de campo expresa su sentir por las costumbres camperas en grandes fiestas regionales, que reúne a los gauchos en competencias para demostrar sus destrezas, habilidad y algarabía.
Supersticiones relatadas por la gente que vive en el campo donde se vieron mayormente las apariciones.
Según la creencia, este duende puede ser amigo o enemigo del hombre depende de cómo se le trata. En Corrientes está afianzada la costumbre de dejar ofrendas por la noche (tabaco o caña) para pedirle favores y su amistad. Porque si se transforma en enemigo, puede llegar a ser muy bravo, su mejor arte es el engaño del que se vale para extraviar gente en la selva. Hasta acá la mitología regional. Se lo conoce también con los nombres de Py-ragüe (pies con plumas), Karai-pyhare (Señor de la noche) y Kuarahy-Yara (Dueño del sol, tal como se lo conoce en el mito mbyá del sur del Brasil). E igualmente con el nombre de “Chopombe” (abreviatura de Cho – que equivale a la expresión castellana “Don”) – y Pombéro.
La leyenda dice que el lobizón es el séptimo y último hijo de Tau y Kerana, en quien sobrecayó la mayor maldición que pesaba sobre sus progenitores (esto último, según la Mitología Guaraní), que en las noches de luna llena de los Viernes; y/o Martes se transforma en un “animal” que mezcla las características de un perro muy grande y un hombre (otras veces, también, mezcla las características de un cerdo). Para la transformación, el maldecido, comienza sintiéndose un poco mal; por ejemplo comienza sintiendo dolores y malestares, luego , presintiendo lo que va a venir, busca la soledad de un lugar apartado, como la partes frondosas del monte, se tira al suelo y rueda tres veces de izquierda a derecha, diciendo un credo al revés.
Estas manifestaciones son muy temidas, "la leyenda de la luz mala" o también llamada "la leyenda de la luz buena" (preferible) ya que se identifica comúnmente a la luz mala como un «alma en pena», el espíritu de un difunto que no recibió sepultura cristiana. Ante un encuentro, se recomendaba popularmente decir una oración y luego morder la vaina del cuchillo; como último recurso, se las debía enfrentar con un arma blanca, ya que las armas de fuego resultaban inefectivas. En el noroeste argentino también se le da el nombre de luz mala al «farol de Mandinga», fosforescencia que suele verse en cerros y quebradas durante los meses más secos, después de ponerse el Sol. Se asegura que el farol de Mandinga aparece en lugares en los que hay enterrados tesoros de oro y plata, y que la luz es el espíritu del antiguo dueño tratando de alejar del lugar a los extraños. La tradición dice que el 24 de agosto (día de San Bartolomé) estas luces son más brillantes por influencia de Satanás, ya que es el único día del año en que este se libra de la vigilancia de los ángeles, y aprovecha para atraer las almas. Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que la superstición les ha producido. Los pocos que observan bajo la luz siempre han encontrado objetos metálicos o alfarería indígena. Ésta al ser destapada se dice que despide un gas a veces mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir el objeto encontrado, o hacerlo cubriendo nariz y boca con un pullo (manta gruesa de lana) o con un poncho.Cuenta Hipólito Marcial Rojas que: «La luz blanca que aparece en la falda del cerro es buena, donde entra hay que clavar un puñal y al otro día ir a cavar va a encontrar oro y plata. De la luz roja huyan o recen el Rosario, se dice que es luz mala, tentación del diablo».
Corrientes se caracteriza por su gran turísmo, todo el año la provincia de Corrientes ofrece al visitante una gran variedad de fiestas y encuentros populares. Toda su idiosincrasia, cultura, religiosidad, producción y economía están presentes en importantes eventos que representan e identifican esta bella y encantadora provincia.Para conocer más haga Click en la sigiente imagen..
La ciudad de Corrientes se caracteriza por su mayor atractivo que son los Esteros del Iberá, donde su ambiente permite la posibilidad de hábitat a una gran variedad de animales, como asi tambien compuesto por una gran variedad de paisajes.
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